La identificación mediante chip es un procedimiento que consiste en implantar un microchip en el cuerpo del animal para su identificación permanente. Hoy en día, es el método más eficaz de identificación animal; permite la plena identificación de las mascotas.
El chip se incorpora utilizando un set desechable que incluye una jeringa con una aguja y un microchip provisto de un número único de 15 dígitos. Cada set también incluye pegatinas con un código de barras que resultan útiles a la hora de solicitar la documentación del animal.
La inserción del microchip es un procedimiento que debe llevar a cabo un veterinario profesional. El microchip se implanta en la zona del cuello o entre las escápulas, dependiendo de la normativa vigente en cada país. Como regla general, se comprueban estas zonas cuando surge la necesidad de identificar el animal. La implantación del transpondedor dura tan solo un momento y parece una inyección. Si el procedimiento se realiza correctamente, es seguro y no duele, ni siquiera a las mascotas más pequeñas. Tampoco requiere la administración de anestesia. El chip sirve para toda la vida del animal,. No pierde sus propiedades, por lo que no tiene período de caducidad y no se tiene que reemplazar.
En la actualidad, en el mercado existen diferentes tamaños de transpondedores adaptados a las necesidades individuales de cada especie. Gracias a la creación de microchips de tamaño reducido, este método de identificación se puede utilizar en varias especies de animales: ¡no solamente en perros y gatos, sino también en peces, hurones, ratones o loros!
Es imposible encontrar al dueño de un animal con chip cuyo código numérico no figure en una base de datos. En tal caso, el microchip sirve únicamente para identificación mediante la comparación del número del chip con el código de barras adjunto. Para que el proceso de identificación tenga efecto, la mascota marcada se debe registrar en una base de datos de animales con identificación electrónica.